miércoles, 29 de agosto de 2012

Soy una sombrilla.

Que va en tiempos de tormenta.
Que acompaña en días de sol.
Que moja la alfombra, que se queda esperando en la puerta, que se abre, que se cierra, que se cuelga al revés.

Y cabe en el bolso perfecto, pero además estorba poco en la mano.

Que se presta, se regala, se mantiene. Y que además es innecesaria para los que tienen el coco fuerte, que no son terrones de azúcar, que no se derriten en el agua y que no se asan en el sol.

Una sombrilla rota. para poder ver el arco iris por los huequitos, o eso dice ella para darle una razón de ser a tu hobby de hacerle hoyos.

Que da mala suerte en la casa si se abre, pero en la calle va de maravillas y al igual que otras se fabrica en cadena.
Con mango y sombrero.
Que no está a la moda, tampoco es de marca.

Una sombrilla que sabe ser sombrilla, por eso no se enoja por no ser algo más.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Hola, te leo (=