sábado, 22 de noviembre de 2014

El camino.



Hay que estar loco para aceptar que la mitad de tu vida empaque maletas,
Que un día diga: “Me voy porque no quiero seguir siendo tu pasado”
Me largo con tus recuerdos envueltos en la alfombra,
Con tu camisa vieja,
Con la canción de los 14 años,
Con las cartas rotas;

Hay que estar loco para decirle que sí al olvido,
Para lanzar por la borda una década,
Para decidir que se puede vivir sin saber si quiera quien se llegó a ser en una antigua vida,
Sin saber siquiera lo que es haber amado,
Loco para vivir en un mundo en que el amor prefiere morir que esperar una eternidad,
para comprender que para amar hay que sufrir más de lo que se ha vivido,
Y que probablemente, cuando por fin se comprenda todo, sea muy tarde para arrepentirse;

Hay que estar loco para dejar que la esperanza muera en tus manos, sabiendo que en el mundo sos la única persona que puede hacer que vuele.

Pero como dicen, es a los locos a quienes hay que seguirles los pasos
Porque ellos son los únicos que conocen el verdadero camino.

jueves, 20 de noviembre de 2014

Perro.

Bien dijo Nietzsche alguna vez que arrepentirse es tan inútil como un perro que muerde una roca.
 Por lo menos el perro destrozaba su mandíbula en el imposible quehacer de deshacer la piedra,
¿pero yo que no tengo roca ni dientes?