lunes, 27 de agosto de 2012

El secreto.

En medio de los impulsos he querido gritarte a la cara que sé la verdad.

Que para mí no es un secreto que seas cómplice de el reloj, que en las noches dialogues con tus culpas, o que en las mañanas empieces de nuevo a vivir tus mentiras.


He perdido el valor tratando de encontrar las piezas que construyan la figura de lo que hoy habita en mi pecho; pensando en tus palabras que ahora parecen tan lejanas. Y es gracioso como tus recuerdos bloquean la necesidad de pensar, cambiando mi "obligación" por el anhelo de que todo sea un engaño de la mente.

Pasar por inocente no es cosa fácil cuando se es culpable.

Y me declaro culpable de saber tus miedos.
Y me declaro culpable de sufrir tu terror.
Y me declaro un monstruo por no hablar, pero te declaro un monstruo a vos por lo mismo.

Hay alguien aquí, pero no soy yo.
Me he perdido en tus secretos... Que hoy son los míos.







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Hola, te leo (=