sábado, 2 de junio de 2012
Y la luz se filtra en las ventanas. En los espejos rebota.
Entre los espejos me confundo pensando que el de en frente es otro yo.
Mi otro yo me dice que a lo mejor yo soy el reflejo, y me amenaza con romper el cristal, sin embargo ocupo sus movimientos para que no sospeche que yo soy la verdadera.
Me dolería pensar que no soy más que una sombra a color; así que le hago la vida más fácil.
Seguirle el juego no es complejo, pues cuando se acerca mucho para adentrarse en mis ojos y examinar; con cálido aliento le nublo la vista, fruncimos el ceño, juntamos las palmas.
Nos miramos fijamente.
Así entonces. Al punto que ya ni recuerdo si el reflejo es ella o yo.
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Hola, te leo (=